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Semana Santa de Montoro

​La fiesta religioso-cultural más importante del pueblo de Montoro es su Semana Santa. Los orígenes de estas procesiones se remontan a la segunda mitad del S.XVI, con el conocido Concilio de Trento. Por estas fechas surgirá la popular Cofradía de la Santa Vera Cruz, que a día realiza su estación de penitencia en la tarde-noche del Jueves Santo. Casi medio siglo después, en 1602, nacerá la Cofradía más conocida de Montoro. La Cofradía de Ntro. Padre Jesús Nazareno y María Stma. de los Dolores, que continúa realizando su procesión en la Madrugá del Viernes Santo. Tendremos que esperar algunos años más para que la tarde-noche del Domingo cuente con la presencia de Jesús del Calvario y la Virgen de los Dolores, Via crucis que se perdió en la contienda y aún no recuperado. También se incorporarán las imágenes del Viernes Santo, el Stmo. Cristo 
de la Misericordia, los "Santos Varones", la Virgen de las Angustias y más tarde la Virgen de la Soledad y el Santo Entierro.
Pero la Guerra Civil Española marcará un antes y un después en la Semana Santa de Montoro, se produjo la destrucción de la mayoría de nuestras imágenes sagradas y patrimonio religioso. Pero el espíritu cofrade montoreño no se resquebrajó y una vez más el pueblo de Montoro se unirá para recostuir la Semana Santa de Montoro. Todo esto provocó un verdadero espíritu de hermandad común donde todas las hermandades colaboran unas con otras trabajando siempre en pro de la Semana Mayor montoreña.
Este esfuerzo común nos ha dejado a día de hoy una Semana Santa que se nutre de sus raíces, pero con una mirada al futuro. Donde los cantos del Coro de Padré Jesús se mezclan con las dulces melodías de la Banda de Música de Montoro y el Imperio Romano al interpretar el García Cano, el Guerra, 45 de Línea y ese largo etcétera. Una Semana Santa de silencio de Miércoles Santo que contraresta con la algarabía del Domingo de Ramos en la Plaza de España. Una Semana Santa de n.azarenos del Cristo de la Humildad que alumbran con elegancia su caminar. Una Semana Santa donde oímos "Viva el Rey de Montoro" o la "Sentencia Mala". Una Semana Santa para ver a la Cofradía de la Flagelación subir la Calle Alta o la Vera Cruz en la estrechez de Coracha. Una Semana Santa para ver a la Reina de la Silera y el moreno de San Sebastián en su barrio. Una Semana de costrastes, sonoras campanitas del Domingo de Resurreción que se contraponen al luto de los Caballeros del Santo Entierro.
Una Semana para vivirla por los cinco sentidos, olor a incienso y azahar, para tomar pestiños y resol en la Madrugá, para tocar el manto de cualquier virgen o el paso al pasar, para ver los pasos y nuestro imperio desfilar, para oír esa saeta al cantar o ese silencio al pasar.
Una Semana Santa para recordarla y reconstruirla a través de su fotografía, para comprender las costumbres de otras épocas. Y así responder a la pregunta ¿Que fuimos hasta llegar a ser lo que somos?
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